Las Cuevas de Ikaburu comenzaron a formarse hace miles de años y en ellas destacan las formaciones de estalactitas y estalagmitas.
Adentrarse en ellas es adentrarse en un mundo de “Akelarres”, de reuniones paganas entorno a la hoguera.
Situada cerca del pueblo de Beintza-Labaien, la cueva de Lezealde es un interesante ejemplo del proceso de krastificación de la roca caliza.