Olentzero, más que un portador de regalos
Hoy en día conocemos a Olentzero como un personaje bonachón, grueso y desgarbado que reparte regalos. Su oficio es el de carbonero y cada 24 de diciembre baja de las montañas, ataviado con boina y pipa, para recorrer las calles de las distintas localidades de Euskal Herria.
Dicen que Olentzero es de Lesaka, o alrededores, de la regata del Bidasoa y, quizás por eso, en Lesaka, cada 24 de diciembre, al mediodía, realizan un concurso de Belenes y Olentzeros. El Olentzero ganador es el que por la tarde recorre las calles de la localidad.
Pero ¿de dónde procede este personaje tan singular?
Según los historiadores el origen de Olentzero es anterior a la cristianización. Se le sitúa dentro de las celebraciones del solsticio de invierno donde se le quemaba tras el pasacalles del día de Nochebuena, para destruir lo viejo y simbolizar el renacimiento de la naturaleza y el sol, dejando libre el camino al nuevo año. Así, se creía que a la muerte le seguía la vida.
Es precisamente esta idea de renovación la que simboliza la figura del Olentzero, Olantzaro, Onantzaro, que viene a significar algo así como “tiempo de lo bueno”.
Con la llegada del cristianismo y el abandono progresivo de las prácticas religiosas paganas, Olentzero dejó su papel de anunciador de la renovación de la naturaleza y se convirtió en el portador de un mensaje con profundo calado cristiano: el nacimiento de Jesús.
Olentzero en Baztan-Bidasoa
En Nochebuena, al atardecer, los villancicos resuenan en las calles y Olentzero llega a nuestros pueblos acompañado por Mari Domingi.
Quien más quien menos celebrará la noche del 24 de diciembre de manera diferente a la de cualquier otra noche del año. Bien sea para festejar el nacimiento de Jesús o el solsticio de invierno.
Sea como fuere, la Asociación Baztan-Bidasoa Turismo Elkartea te desea ¡Felices Fiestas!