«Sarna fuera, ona barnera, txarra kanpora, San Juan Bautista…»
Es uno de los dichos para la noche de San Juan, evocando la expulsión de todo lo malo y la entrada de todo lo bueno. Es la bienvenida al verano.
Desde tiempos inmemoriales, las civilizaciones han celebrado los diferentes ciclos de la Madre Tierra. Dedicadas a la agricultura y el cultivo de la tierra, la llegada de un nuevo ciclo se ha celebrado siempre con veneración.
Con la llegada del cristianismo los ritos paganos fueron «transformándose». El cristianismo los hizo suyos y así coincidiendo con el solsticio de invierno se celebra la Navidad y coincidiendo con el solsticio de verano se celebra San Juan. Hubo ritos sin embargo de los que no pudo apropiarse, y aquellos los tildó de endemoniados y embrujados.
De brujería sabemos algo en Baztan Bidasoa. En el Proceso de Logroño de 1610, 31 vecinos de Zugarramurdi fueron enjuiciados acusados de brujería y 11 quemados en la hoguera.
FUEGO y AGUA
Todavía son muchos los ritos que se mantienen en Euskal Herria para celebrar la llegada del ciclo del sol.
Fuego. Es el elemento que nos sirve para espantar los malos espíritus, quemar las malas hierbas, erradicar los males,..
En la mágica noche de San Juan, se encienden hogueras en todos los pueblos de Baztan-Bidasoa, pero quizás los más conocidos son los de Arizkun, localidad que celebra también sus fiestas patronales. Con el repique de campanas, al oscuro, los vecinos de la localidad hacen una pequeña hoguera en la puerta de casa. Todo el pueblo se llena de fuegos y la gente salta una a una las hogueras recorriendo las tres calles del pueblo.
Agua. Es el elemento para regenerar, regar los campos y obtener una buena cosecha, para tomar fuerzas y sanar los males.
El día de San Juan la visita es obligada a San Juan Xar, una pequeña gruta entre Igantzi y Arantza. Dicen que el agua que emana de su manantial tiene poderes curativos. Hay que beber de las tres fuentes para evitar resfriarse. Dicen que frotarse con un paño mojado evita problemas en la piel y andar descalzo en la regata del lugar le mantiene a uno sano.
Son creencias, ritos, que aún se conservan para dar la bienvenida al verano en la noche más larga y el día más corto del año.
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